A partir de los 40 °C empieza a hacer demasiado calor para la electrónica y en una fundición de hierro suele hacer aún más calor. La empresa Bosch Rexroth GmbH opera su propia fundición en su planta de Lohr am Main, que incluye una planta de procesamiento de arena. En cuanto a la protección de la tecnología de control, la empresa optó por una solución de refrigeración líquida, el Top Therm Chiller de Rittal.
El calor irradiado y el residual se pueden encontrar en prácticamente toda la zona de fundición. En este contexto, Bosch Rexroth AG buscaba una solución con Rittal para poder garantizar la fiabilidad del proceso de forma independiente de las condiciones ambientales extremas, a poder ser sin aumentar los costes.
Independiente de las condiciones ambientales
Andreas Geeb consideró que una infraestructura de climatización centralizada con agua como refrigerante era la «única solución que tenía sentido» para disipar el calor sin transferir la carga térmica al aire ambiente. El intercambiador de calor redundante de la serie Top Therm Chiller de Rittal está conectado al circuito de agua de la planta y protege así la tecnología de un sobrecalentamiento. También hay intercambiadores de calor aire/agua para la climatización del armario de distribución.
Reducción de hasta un 40 % de los costes de energía
Existen unas claras ventajas en los costes en lo que respecta al coste de adquisición, el ahorro de energía y el mantenimiento. En lugar de instalar un refrigerador con su propio circuito de refrigeración en cada armario de distribución, la energía térmica del intercambiador de calor aire/agua se transfiere a un solo circuito de refrigeración, lo que se traduce en un ahorro de energía de hasta un 40 %.
Menos mantenimiento y alta seguridad
Los costes del servicio y el mantenimiento también se reducen significativamente, ya que solo es necesario mantener un compresor y una bomba de agua de refrigeración. Los sensores de fugas garantizan un alto nivel de seguridad al mostrar los mensajes de error en la pantalla, enviarlos a las unidades de control pertinentes y cerrar las electroválvulas. El control de modo ecológico enciende o apaga el ventilador interno en función de la temperatura en el armario de distribución y, por lo tanto, ahorra aún más energía.